martes, 14 de agosto de 2012

Viena, la ciudad de Mozart

Pisamos Viena a las 8:22, un domingo. La tranquilidad con la que se vive me asombra. No puedo entender a la gente que espera el semaforo para cruzar aun cuando ve que a un kilometro a la redonda no vienen autos. Es una paciencia y forma de vivir extremadamente pacifica, y con esto no digo que este bien, en algunos casos me enloquece.
Parece un mundo perfecto, donde los ciegos tienen su ruido especial para saber por donde y cuando moverse. Las rampas permiten a las personas en sillas de ruedas moverse sin ninguna dificultad. Si uno mira el mapa por un tiempo prolongado no tardara una persona en acercarse a ofrecer ayuda. Es raro para nosotros que vivimos a otro ritmo, yo no podria, aunque genera en algunos casos ciertos celos.
En el hotel recien podiamos ingresar a las 15, igualmente fuimos para dejar la valija. Nos encontramos con muy buena predisposición y buena onda, esperamos solo media hora en recepcion y ya teniamos la habitación. Subimos al tercer piso y entramos al cuarto. Totalemente nuevo, espacioso y muy lindo. Con las fotos tenia altas expectativas que se cumplieron.
Nos cambiamos la ropa, acomodamos las valijas y partimos para el centro. Fuimos por una calle que parecia el centro por los locales que tenia, pero nos dimos cuenta que el centro era todavia mejor, con varias diagonales como peatonales. Recorrimos toda la ciudad en esa mañana/tarde. Conocimos todo sobre Mozart, en Viena lo aman, es su ejemplo de vida. El parlamento es algo imponente, al igual que los jardines enfrentados al palacio donde residia la reina Maria Teresa.
La gente se viste como para ir a una fiesta, en la calle se prioriza la perfeccion, cuesta encontrar un papel tirado en el suelo y nos unimos a esta forma de vivir, sentimos que si haces algo mal te miran con ojos extraños. Hay varios tours pero son muy caros, mejor conocer todo caminando con el mapa, a veces perderse esta bueno.
Hay un reloj en el centro, frente a la Opera que en las horas en punto y sobre todo a las 12 tiene un lindo escenario donde Mozart, como en todas las situaciones, se pasea junto a otras personas por todos los horarios hasta llegar a la hora nueva. Se juntan muchas personas minutos antes.
Una especialidad de Viena son los paseos en carruajes, el dueño que te guia por la ciudad y los caballos que realizan el trabajo. Con Tati no compartimos esta situación.
A la tarde fuimos otra vez para el centro y a la hora de la cena decidimos comer en KFC (que no es CFK), un lugar de comidas rapidas, donde la especialidad es el pollo frito. Todo muy rico salgo los Hot Kings que estaban super picantes. Me gusto la Coca grande de un litro, nunca la habia visto.
Mañana vamos a Praga, pero antes prometido a Tati pasar por los locales de ropa que parecen baratos a ver si podemos engordar la valija.
La ducha del hotel era perfecta, la habitación tambien. Me arrepiento de habernos quedado solo una noche en Viena, una ciudad que se puede recorrer a las apuradas en un dia, pero que hubiese estado bueno tener mas tiempo.






No hay comentarios:

Publicar un comentario