Nos
quedamos dormidos, entra Tati, la madrija, a la habitación y nos reta por
ultima vez en el viaje. El cansancio acumulado del viaje fue imposible de
combatir. Bajamos rapido, hicimos las valijas y ni siquiera llegamos a desayunar.
Se iba el micro a la excursión. Nos vamos para Yafo, un sector de Tel Aviv,
otro de los lugares tan lindos que tiene esta ciudad. Caminamos por un bosque
donde habia un arbol en el aire. Todavia no entiendo, estaba adentro de un
huevo enorme atado de cadenas.
Benja
nos leyo una historia sobre un hombre que recorria la vida con prisa y con
cuidado. Nos recomendo aprovechar cada minuto de la vida, ver y analizar cada
situación y gastar no solo el tiempo sino el dinero disponible en las cosas mas
lindas que tiene la vida. Me quedo con esa moraleja del viaje, siento que lo
disfrute, la pase increible y aprendi muchas cosas que no sabia. Ojala algun
dia pueda venir y seguir conociendo con mi familia la infinidad de cosas que
tiene el Estado de Israel.
Fue
difícil la despedida en la terminal de trenes, cada uno tomaba su rumbo,
algunos para Argentina, otro se quedaban en Israel y muchos otros a todos los
sitios de Europa. Fuimos a pasar la tarde al Shopping, estabamos con las
valijas y habia que hacer tiempo. Eramos varios y después incluso se agregaron
Guido y Tati, ya no como madrijim sino como amigos. Vivimos esa extraña
transformación aunque uno continua haciendoles preguntas.
La
ropa esta muy barata y Tati no se puedo contener. Algo tenia que comprar. Pero,
tambien esta la incertidumbre y sospecha de que en Europa todavía esta mas
barato. Comimos pizza, jugamos a las cartas y pasamos la tarde. A la noche, con
el metro fuimos para el aeropuerto. Casi nos perdemos con Mai y Tati, hay tres
vias y van para ambos lados. Por suerte subimos al tren correcto que nos dejo
adentro del aeropuerto.
Pasamos
esa noche acostados en unos asientos, vimos partir a algunos chicos, nuestro
vuelo salia cerca del mediodia. Ni siquiera comi, solo queria dormir, aunque no
fuera el lugar mas comodo de todos.
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