martes, 7 de agosto de 2012

Todos los caminos conducen a... ¡Roma!

Hoy tenemos que dejar Grecia, me llevo los mas lindos recuerdos. Quizas en otra oportunidad con mas tiempo ire a Myconos y Santorini, dos islas muy conocidas pero algo lejos. Tengo ganas de volver, esta bueno ir dejando heridas abiertas para volver en un futuro y cerrarlas. Lo unico negativo es la situación politica: en dos dias arrestaron a 6 mil inmigrantes, son los primeros en ser discriminados y culpados por la crisis; y tambien me sorprendio la pobreza en las calles con cartoneros, similar a la Argentina en 2001.
Igualmente todavía teniamos la mañana y no la queriamos desaprovechar. Nos quedaban algunas cosas por hacer. Visitamos un Shopping muy caro y cerquita el Parlamento. El edificio esta custodiado por dos militares, son muy altos y serios, la gente se saca fotos con ellos y ni se mosquean. Se empezo a juntar gente, a las horas en punto algo sucede. Vemos caminar a tres mas que se asoman a un paso extraño, levantando mas de lo normal las piernas. Llegan para el cambio de turno y comienzan un baile, patean el suelo, se mueven en circulo, repiten la coreografia hasta que son intercambiados. No se puede creer hasta lo que llega el protocolo de cientos de años, ya parece una burla. Tati filmo todo y no podia parar de reir.
Luego pasamos por la Universidad publica, donde parecia haber una graduación, todos vestidos de fiesta, con camarografos, familiares y un edificio propio de un pais europeo, aunque no imagino una enseñanza gratuita. A pocos metros, y con algo de logica, se encuentra la biblioteca publica nacional. A esta ultima no pudimos entrar, nos trataron mal y ni siquiera pudimos intentarlo.
Ya era hora de volver, todo caminando. Primero acompañamos a Nu y a Mai a sacar los pasajes en barco, una parada estrategica en Sturbucks y ahora si al hotel a preparar todo. Nos bañamos, hicimos las valijas y pudimos salir alrededor de la una del mediodia, se portaron muy bien en dejarnos ir tan tarde.
Es raro despedirse de las chicas, pasamos muy lindos dias juntos, prácticamente convivimos, fue una experiencia inolvidable y recien nos veremos denuevo en Buenos Aires. Aprovecho para agradecerles por bancarnos en cada momento.
Tomamos el tren hasta el aeropuerto, realmente es un lujo. Es como ir en subte a Ezeiza, pero seguro, con aire acondicionado y comodo. Lo unico el precio es a nivel turistico porque te cobran 8 euros. El transporte en general es caro en Europa a pesar de las distancias.
Hicimos el Check In. Es raro viajar con EasyJet, te ponen un espacio para el bolso de mano. Si no entra tenes que despacharlo, no importa su peso. Algunos se las ingeniaban para hacerla entrar de cualquier forma. Nosotros tranquilos porque igual teniamos una valija para poner y de bolso una mochilita.
Otra curiosidad es el orden en los asientos. Es como un colectivo, uno se sienta donde ve lugar, por orden de llegada. Por suerte pudimos elegir uno bueno y Tati viajo en la ventana y yo acostado en sus piernas y estirado en dos asientos.
Llegamos a Roma, parece increible. Aun de dia y con tiempo antes de que cayera la noche. Tomamos el colectivo de Terravision que nos deja en Roma Termini, la estacion principal de trenes. Estabamos a 5 cuadras, pero nos perdimos y tuvimos que hacer varias mas.
Como primera impresión el hotel parece malo. El ascensor es pequeño y nos habian dado una habitación con camas marineras. Luego nos cambiaron a una con cama matrimonial, tambien con baño privado, escritorio, frigobar, pequeña pero no necesitamos mas que esto.
El hombre de la recepcion nos recibio excelente, nos dio un mapa y escribio en el cada lugar que debiamos conocer y como llegar. No es facil porque hay pocos trenes.
Hablamos por telefono, salimos a comer algo y de regreso nos tiramos en la cama, no tardamos nada en dormir, estabamos agotados. Mañana empieza la travesia por una ciudad que tiene las experctativas muy arriba, ojala asi lo sea estos dias. 







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