Cuando llegamos a Venecia todo parecia extraño. Te
cobraban dejar las valijas, que igualmente debimos hacerlo, ir al baño, los
mapas, de todo. Debe ser una de las ciudades turisticas por excelencia y
algunos se aprovechan de dicha situación. Las gondolas cobran cerca de 100
euros para un paseo. Es inentendible como un solo tipo lleva el bote a su
antojo con un solo remo.
No sabiamos para donde ir, estabamos perdidos.
Cruzamos el puente principal y los barcos, botes, colectivos y taxis acuaticos
pasaban por debajo nuestro. Tampoco entiendo como en una ciudad puede estar
despoblada de autos, es totalmente diferente a todas las ciudades conocidas, se
vive a otro ritmo.
Entendimos que para conocer los principales puntos
de la ¿isla? Debiamos seguir el camino hacia Piazza San Marco, sino te perdes.
Las calles, si se pueden llamar asi porque son todo vereda, son muy angostas,
en algunos casos se puede pasar de a una persona a la vez. Cada 3 o 4 cuadras
aparece un puente, para poder pasar por encima del agua y dan ganas de sacarse
fotos en cada uno de ellos
Comimos en un lugar de sándwiches que no tenia
precio de turista al menos, Tati uno de suprema y yo de jamon y queso. Todo el
tiempo nos dan ganas de tomar o comer algo, desde helado, hasta bebida o cosas
saladas.
No parecia haber tanta gente, al menos en el
camino hasta la plaza principal, cuando llegamos nos dimos cuenta de todo lo
contrario. Entramos en una gran plaza, con la gran Basilica de San Marco a un
lado como gran punto de visita y rodeada tambien de grandes estructuras algo
antiguas donde se puede apreciar muy lindas vistas de la ciudad. Un costado de
esta plaza deriva en el Mar Adriatico, donde salen la mayoria de los botes o
gondolas y el “colectivo” principal” por un precio mas bajo para no perderse la
experiencia de viajar sobre el agua.
Subimos entrada la tarde, tiene muchas estaciones
intermedias antes de llegar a la nuestra, que era la estacion de trenes. Debo
decir que Venecia me gusto mucho, tenia comentarios compartidos, algunos
maravillados y otros de que no les causo nada extraño. Yo estoy mas cerca de la
primera opinión, estoy asombrado de cómo comenzo a existir esta ciudad, como
puede vivir dia a dia en los ojos de cada persona que pasa por este lugar.
Algunos pesimistas consideran que en algunos años
el agua puede subir y complicar su destino, yo no lo creo, me parece una excusa
super valida para venir a conocerla lo antes posible. Me siento un afortunado,
estando en una ciudad tan romantica con la persona que amo.
A las 21 salia el tren nocturno a Viena. Son
habitaciones de 6 camas cada una, pero cuando digo camas no es ninguna
presentacion de un asiento reclinable ni nada por el estilo. Son camas
marineras, 3 de un lado y otras 3 del otro. Nos tocaron las dos del medio.
Compartimos la “habitación” con una familia
italiana, de Napoli precisamente. Era increible lo enamorado que estaba el papa
de Maradona, hablamos un largo rato. Me conto que, por ejemplo, en el Mundial
90 los napolitanos querian que Argentina le gane a Italia en la semifinal como
termino ocurriendo. O que la mayoria de los chicos de mi edad hoy en Napoli se
llaman Diego, e incluso el queria hacerlo pero tuvo dos nenas.
En fin, un gran dia, con grandes historias. Mañana
el dia empezara en el tren, llegando a Viena, una ciudad que es una incognita.
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