lunes, 6 de agosto de 2012

A la playa, Isla de Egina.

Hay pocas cosas en la vida que me gusten mas que la playa. Es difícil encontrarle un paralelo con otra situación. Es muy lindo recorrer lugares historicos, conocer museos, ver imágenes que nunca van a borrarse de tu cabeza. Sin embargo, la playa me puede. Estar acostado tomando sol hasta tener calor, meterte al agua y repetir esta secuencia hasta que el cuerpo pide por favor es algo que no tiene comparación.
Pasar por Grecia y no conocer una isla no tiene sentido. Por eso, aprovechando el trecer dia completo que teniamos decidimos ir bien tempranito hasta Pireos, que seria el puerto de Atenas y averiguar a donde podiamos ir. Llegamos sin recordar que era domingo y que iba a estar lleno de gente. Teniamos pensado conocer Agieste, pero no habia tickets, por lo que decidimos, con recomendación de la vendedora, ir a Egina. Otra isla un poco mas cerca.
Esperabamos ver un bote que nos lleve, como mucho un gran bote que nos traslade. Nunca imaginamos ver eso. Un barco grande, con estilo antiguo y capacidad para cientos de personas. Igualmente no estaba lleno. Estuvimos mas de una hora de viaje hasta llegar. Daban ganas de mirar para todos lados, es hermoso Grecia.
Llegamos y empezamos a caminar hasta llegar a una playa tranquila. Tenia poca orilla, con mas algas secas que arena, pero el agua y la vista es incomparable. Mas fresca que en Tel Aviv. Por suerte. Hacia un calor abrumador y era necesario para refrescarse. Se puede estar horas adentro que uno no se cansa.
Tomamos sol y cerca de las dos fuimos a almorzar. Fuimos a un restaurant a pasos del agua. No caemos que estamos en Grecia y mucho menos ahí. El mozo ni pregunta y trae agua bien fria. Luego pedimos unos rollos de jamon y queso y unos spaggetis Napoli entre Tati y yo. Mientras que Mai pidio fruta y Nu algo raro de mar que prefiero no recordar.
Pasamos la tarde ahí, tomando sol. Nos quemamos y aprovechamos del agua. Uno piensa que descansa pero todo lo contrario. Tomamos un helado, una coca bien fria y ya era hora de volver. El barco regresaba a las 19:20.
¿Cómo describir el trayecto? Perfecto, viendo el atardecer escondiendose detrás de las montañas con una vista privilegiada desde el medio del mar. Paisajes para todos lados y el lente de la camara que no puede imitar a mis propios ojos. Estoy feliz, tenia ganas de decirlo.
Volvimos a Atenas, comimos en Mc Donalds y nos fuimos al hotel. Un gran dia, los disfrute mucho. Tati hablo con sus abuelos, yo hice lo propio. A dormir, mañana nos espera otra gran jornada.
Dani: quiero que seas el critico invitado de las fotos. ¿Estamos aprendiendo?











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