domingo, 12 de agosto de 2012

Napoli, cuna de la religión Maradoniana

Dejamos Roma, después de tres dias de disfrutarla a pleno. Cerca del mediodia entregamos la llave en recepcion y nos fuimos del hotel, que supero mis expectativas, estuvo muy bueno. Caminamos para Termini, la estacion central, en busqueda del tren que nos llevara a Napoli, el proximo destino.
Teniamos pensado subir al de las 12:49, pero justo cuando entramos y fuimos a preguntar si habia alguno antes nos encontramos con otro que salia en cinco minutos. Subimos prácticamente corriendo. Lo vimos en la terminal a Diego, que tambien estaba por Roma y se iba a Venecia.
El tren es el regular, tarda dos horas en llegar y los asientos son cabinas para seis personas. Nos acomodamos contra la ventana, enfrentados, surante la primera parte del viaje. Tuvimos que cambiarnos cuando subio un grupo de italianos con reserva en ese mismo lugar y fuimos al primer vagon del tren.
La Stazione Centrale de Napoli es muy grande, casi tanto como la de Roma. La ciudad podria ser la capital del pais tranquilamente. Apenas unos minutos y ya conclui que la gente en este lugar es muy parecida a la de Buenos Aires, pero magnificando algunos aspectos. Hay cientos de motos todo el tiempo andando a toda velocidad, los autos hacen lo que quieren en la calle, esta permitido todo, incluso enfrente de la policia. Ellos tienen la prioridad por sobre el peaton, todo lo contrario a lo que sucede en Europa. Quiza sea por el caos de transito que se vive constantemente. Por suerte nosotros, siempre caminando.
A pocas cuadras teniamos al Hotel Ginevra donde nos hospedamos. En el ingreso ya nos arrepentimos, dos pisos por escalera hasta llegar a las habitaciones y justamente una habitación que parecia la de servicio. Sin nada de espacio, baño compartido, sin televisión y un balconcito sin sentido. Ah, lo peor de todo era que no tenia aire. Por suerte caminamos todo el dia, casi no estuvimos en la habitación, solo para dormir.
Nos habian marcado en información varios lugares para recorrer. El primer dia caminamos por Corso Alberto, una calle principal con negocios que deriva en el gran castillo que tiene la ciudad enfrente del puerto. Llegamos nos sacamos fotos y volvimos por otra paralela que se llama Toledo. Ahí a Tati se le abrieron los ojitos y la sonrisa cuando vio a Zara, H&M y cientos de locales con un gran “Saldi” escritos en las vidrieras. Pantalones y buzos por 8 euros, remeras por 3, camperas por 15, todo rebajado por fin de temporada. Solo pudimos comprar un par de cosas porque nos olvidamos el pasaporte para comprar con la tarjeta.
Comimos pizza, la especialidad, en el lugar donde nacio y estaba muy rica. Nos sirvieron en combo con papas fritas y Coca que comimos en la calle antes de volver al hotel.
Al otro dia regresamos, ahora si con la tarjeta preparada y ganas de mirar. Yo estuve tranquilo compre 4 o 5 prendas, pero Tati se destapo. No se todo lo que habra comprado, todo le gustaba y hasta se quejaba de que prendas que tambien queria no habia de su talle. Ya con las bolsas fuimos un poco a recorrer la ciudad, primero al centro historico y luego al Palacio enfrentado a la gran Opera. Entramos y del otro lado una hermosa vista de la ciudad, parece que estabamos lejos, caminamos mucho.
Antes de regresar nos tiramos en una plaza debajo de un arbol, en la sombra, a descansar un rato. Volvimos en bus, nos costo conseguir el pasaje porque pocos lugares lo venden y lejos de la parada del colectivo. Era la linea R2, que parecia el 60 a las 4 de la tarde. Lleno de gente, pero como lo tomamos en una de las primers paradas fuimos sentados. Me gusta la puntualidad que tienen los medios de transporte. En las paradas tienen un cartel que indica en cuanto tiempo llega y lo cumplen a medida.
Ultima noche, antes de irnos comimos en una especie de cantina, nos faltaba probar los spaguettis italianos. Pedimos con bolognesa, no nos ofrecieron queso, parece que esta prohibido y nos acercaron una cuchara con tenedor para comerlos a su estilo. Tati, a escondidas, se animo a cortarlos. Crimen.









No hay comentarios:

Publicar un comentario