Llego el dia clave para ver si podemos safar de
pagar exceso de equipaje, tenemos dos bolsos de mano que pesan mucho y las
valijas que tratamos de poner lo menos posible. Sin embargo, es imposible
ocultar las compras de todo lo que hicimos hasta ahora. Pensar que el 22 de
julio yo tenia 18,5 kilos y Tati, solo 14. Llegamos al aeropuerto de Barajas y fuimos
directo a pesarlas antes de hacer el Check in. Primero la mia, que parecia
liviana, 22 kilos, ya estabamos en exceso. Luego, la de ella en ¡29! El maximo
en cada una debia ser 20.
Nos pusimos dos jeans cada uno, tres buzos,
campera, que es lo que mas pesa y tampoco pudimos reducir mucho. Despachamos un
bolso de mano que pesaba 12 y tuvimos que pagar 30 euros de multa. Nunca pense
que podiamos llegar a este punto, pensar que de Barcelona a Madrid las valijas
las llevamos llenas, no quiero ni imaginar en cuanto estaban.
Hicimos rapido el chequeo de seguridad e hicimos
la fila para subir al ultimo avion de EasyJet. Salio con algunos minutos de
retraso y, como fuimos unos de los ultimos, no pudimos sentarnos contra la
ventana, es por orden de llegada. Pudimos dormir un ratito, pedimos algo de
comer y llego el peor momento. Cuando aterrizamos estaba muy nublado en Berlin,
creo que hasta llovia. Cuando paso una nube senti que el avion se caia, pero
enserio. Por dos o tres segundo me abrace a Tati y la pase muy mal, incluso
ella admitio que sintio lo mismo. Son esos instantes eternos que hacen que no
pueda quitarme el miedo de una vez.
Volvimos al idioma aleman, al difícil ingles para
comunicarse, pero a las costumbres buenas tambien: el orden y la puntualidad
ante todo. Tomamos un tren que nos dejo directo en el Zoo Garten, justo a unas
cuadras del hotel. Es en el lado occidental según la division de la posguerra.
Estamos en una muy linda zona, en la esquina de la calle mas comercial y con
movimiento, cerca del tren y el metro.
Entramos tarde al hotel, alrededor de las cinco de
la tarde. Nos recibio una chica y nos dio la llave de la habitación. Tenemos un
codigo para la entrada principal y la misma llave para entrar al pasillo y a la
habitación. Todo muy avanzado, lo unico malo es el baño compartido, pero no
parece haber tanta gente hospedada.
Teniamos mas hambre y apenas salimos encontramos
una serie de puestos uno al lado del otro que venden productos caracteristicos.
Comi una salchicha con gusto a choripan y Tati en un lugar chino, los fideos. Fue
una especie de almuerzo-cena. A las 9 se apago todo en la ciudad, ya todo el
mundo habia cenado y, a pesar de la seguridad notoria cuando uno camina, las
veredas estan vacias. Solo estaba McDonalds para cumplir con un antojo, un
helado.
En el hotel analizamos la direccion para ir al dia
siguiente al Free Tour, parece ser uno de los mas interesantes por la historia
que recorre no solo la ciudad sino el pais. No puedo entender estar aca
tranquilo sin ninguna diferenciación. Como ya puse antes, pensar que en estos
sitios debian esconderse hace menos de un siglo los vecinos por el solo hecho
de tener otro pensamiento religioso. Pensar que los bombardeos y las muertes
eran una constante, que los abuelos de quienes me rodean posiblemente hayan
sido asesinos. Es una historia con una herida que nunca va a cerrar. Y creo que
es mejor que esto suceda ya que si ocurre posiblemente surja una mayor cantidad
de personas que intenten hacer creer que las cosas terribles no pasaron.
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