Era el dia para ir a conocer el lado mas famoso de
Eilat, aquel donde los peces estan a tu lado a solo unos metros de la orilla. Es
en el sur de la ciudad y por eso debiamos ir en colectivo. Nos despertamos
temprano para desayunar, luego dormimos un poquito mas y al mediodia pisamos la
terminas de ómnibus. El colectivo numero 15 pasa en las horas en punto y eran
las 12:03. Debiamos esperar hasta la una con calor, asi que decidimos
postergarlo para el dia siguiente.
Compramos snitzer (supremas) para comer en la
playa y la llevamos. Rodeamos el aeropuerto que esta enfrente y llegamos al
lugar donde estuvimos ayer. Nos metimos al agua, comimos, tomamos sol, nos
duchamos y repetimos esta secuencia en varias oportunidades.
Vinimos sin los inflables para entrar al Shopping a
nuestro lado, ya que no nos habian dejado pasar, hay seguridad en todas las
puertas al ingresar. Debe ser raro vivir asi, con el control en todo momento
para entrar a unos comercios, nada del otro mundo. Adentro es una belleza el
aire acondicionado como en casi todos los sitios cerrados. No habia mucho para
comprar y lo poco era caro con respecto a los precios que veniamos viendo de
Europa. Esta al mismo nivel que Argentina o, posiblemente, un poco mas barato
por ser el punto mas turistico de Israel y frente al mar.
Queriamos buscar el sito que nos dijo Nadia,
pasando un puente. Intentamos para el lado del Imax con forma piramidal y no
habia nada. Era para el otro lado nomas. Un puesto al lado del otro, con
variedad de cosas y buenos precios. Es como una gran feria que recorre toda la
costa desde el centro hacia el norte de la ciudad donde estan los hoteles mas
lujosos. Ahí nos quedamos toda la tarde, con la mejor playa que encontramos
hasta el momento.
Cuando quisimos sacar fotos nos dimos cuenta que
la memoria de la camara me la habia
olvidado puesta en la computadora, menos mal que no fuimos a bucear porque la
decepcion hubiera sido enorme, aca podemos volver. Merendamos en la playa con
las galletitas favoritas de Kuper, que son como las Toddy, pero mas potentes y
con una leche chocolatada.
Es hermoso ver el atardecer detrás de las
montañas, parece un cuadro de lo mas hermoso. Caminamos decenas de cuadras
rodeando el aeropuerto para llegar al hotel. Pasamos por un lugar que vende
falafel, supremas, shawarma y demas. Los dueños son muy buena onda y comimos
muy rico.
Mañana si, los peces nos esperan…
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